En la cultura estadounidense, conciben la vida para disfrutar, el individuo debe transformar su entorno.
Dentro de esta cultura, las organizaciones han desarrollado valores como la eficiencia, los resultados tangibles, y la especialización. En el ámbito de trabajo las relaciones son impersonales y lo que cuenta es el desempeño.
El resultado ha sido un alto nivel de desarrollo tecnológico y un pueblo individualista, competitivo,con un fuerte deseo de ganar.
Sin embargo, no está produciendo los mejores resultados: la gente está ávida de afecto.
La ex Unión Soviética, se tuvo que percatar que el modelo comunista no había dado los resultados esperados.
La República Popular China, con el afán de utilizar la abundante mano de obra disponible, se ha evitado la mecanización de las labores. La competitividad de sus productos en el extranjero se basa en los precios bajos.
La cultura japonesa, ha destacado el valor de pertenecer a grupos; sus habitantes se encuentran fuertemente arraigados a las organizaciones. El individualismo casi no existe, ni existe la desconfianza, ven al grupo como oportunidad de dar y de aportar para beneficio común.
La sabiduría es producto de la edad y la experiencia, confían en los jóvenes, saben que serán leales y no les preocupa invertir en capacitarlos. Los trabajadores entonces pueden satisfacer todas sus necesidades a través de su trabajo; además se fomenta el ahorro y la austeridad, tienen un alto nivel educativo.
Aunque esta nación pareciera perfecta, no lo es. Japón tiene problemas de sobrepoblación, carencia de espacios para cultivar y habitar, altos índices de suicidio entre los niños y jóvenes.
Taiwán, Corea del Sur y Hong Kong, también han experimentado un rápido crecimiento económico y sociocultural, incluso se han convertido en fuertes competidores de Japón. Todos tienen en común la disciplina, la laboriosidad, la lealtad y la perseverancia, así como altos niveles educativos donde se vincula muy de cerca la escuela con la industria.
Para ellos trabajo es sinónimo de triunfo.
Lamentablemente también enfrentan dificultades, como la masificación y debilitamiento de ciertos valores humanos, en pro de los económicos materiales.
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